Kiloh, la puma, nació en la tranquila y tradicional ciudad de Soria, un lugar donde la vida parecía fluir despacio y las familias vivían cómodamente entre paisajes naturales y vecindarios unidos. Desde pequeña, Kiloh destacaba entre los demás niños, no solo por su llamativa melena roja y amarilla, que recordaba al fuego, sino también por su energía arrolladora y su carácter magnético. Como hija única, recibió toda la atención de sus padres, quienes la mimaban y celebraban su carisma innato.

La infancia de Kiloh fue un sueño para cualquier niña: momentos felices en familia, días de juegos interminables y la sensación de ser el centro del universo. Pero todo cambió cuando sus padres, presionados por sus carreras profesionales, comenzaron a pasar menos tiempo con ella. La niña extrovertida y cariñosa comenzó a sentir un vacío, uno que no sabía cómo llenar. En su intento desesperado por recuperar su protagonismo, Kiloh descubrió que las travesuras y los actos rebeldes eran una forma efectiva de llamar la atención.

Sus gamberradas le granjearon reprimendas constantes de sus padres, profesores y vecinos. Pero en lugar de apaciguarla, esas reacciones parecían alimentar una chispa en su interior. La incomprensión que sentía de los adultos fue moldeando su personalidad hacia un desafío constante a la autoridad. A medida que crecía, su actitud desafiante y confiada comenzó a consolidarse. Para la joven Kiloh, la vida era un escenario y ella era la protagonista.

En su adolescencia, Kiloh decidió que no iba a moldearse a las expectativas de los demás. Su ego creció al mismo ritmo que su habilidad para defenderse con palabras afiladas y una actitud implacable. Esto la hacía destacarse, pero también la aislaba. Sus antiguos amigos comenzaron a alejarse, incapaces de soportar su arrogancia y su falta de filtro. Kiloh, en lugar de arrepentirse, adoptó un mantra personal: "Solo los fuertes aguantan a los fuertes." Si alguien no podía aceptarla tal como era, no valía la pena su tiempo ni su atención.

En su juventud adulta, Kiloh se convirtió en una mujer que vivía sin remordimientos. Su confianza desbordante atraía miradas y despertaba envidias, pero también generaba problemas. En una noche de discoteca, mientras las luces pulsaban y la música retumbaba, Kiloh puso su mirada en una hembra que le atraía. Ignorando las advertencias de que la chica tenía novio, Kiloh siguió adelante. Lo que comenzó como un flirteo terminó en una noche de pasión descontrolada.

Al día siguiente, mientras caminaba por una calle tranquila en dirección a casa de una amiga, Kiloh fue emboscada. El novio de la chica, acompañado por cuatro amigos, no perdió tiempo en atacarla. Rodeada y sin posibilidad de escapar, Kiloh sufrió una brutal paliza. Entre golpes y humillaciones, se juró a sí misma que no volvería a ser una víctima. En ese momento, el mundo pareció detenerse.

El T-Day llegó sin previo aviso. Una explosión en las afueras de la ciudad liberó una nube de gas rosa que se expandió rápidamente. Kiloh, golpeada y apenas consciente, inhaló el gas antes de que pudiera comprender lo que ocurría. En cuestión de segundos, un calor abrasador recorrió su cuerpo. Dolor y fuerza se mezclaron mientras sus músculos se tensaban y su estatura comenzaba a aumentar. La transformación fue rápida pero intensa: Kiloh alcanzó los 4,14 metros de altura y sintió cómo su anatomía cambiaba drásticamente. Su entrepierna, antes femenina, se transformó en un miembro masculino adornado con las púas típicas de los felinos.

Cuando la transformación terminó, Kiloh se levantó como una fuerza imparable. Sus atacantes no tuvieron oportunidad de reaccionar. Aunque Kiloh no recuerda los detalles exactos, lo que es seguro es que ninguno de los hombres que la golpearon fue visto de nuevo. Con sangre en las manos y un nuevo poder recorriendo su cuerpo, Kiloh entendió que su vida había cambiado para siempre.

Poco después, la historia de su transformación y su agresividad llamó la atención de Ira, la líder de las cazadoras, un grupo formado por gigantas que utilizaban su fuerza y ferocidad para mantener el control en un a sociedad alterada. Ira vio en Kiloh un potencial excepcional, una mezcla de confianza, carisma y brutalidad que podía ser aprovechada. Sin dudarlo, reclutó a Kiloh en las filas de las cazadoras.

Hoy en día, Kiloh es una figura temida y respetada, una puma que no se disculpa por su actitud desafiante ni por su personalidad imponente. Como cazadora, encuentra un propósito al desatar su ferocidad, mientras su carácter vacilón y carismático la convierten en una presencia imposible de ignorar. Para Kiloh, el mundo ahora es suyo, y nadie, absolutamente nadie, puede arrebatarle lo que quiere.

Personalidad

Kiloh es una puma carismática, desafiante y con una confianza en sí misma que roza la arrogancia. Su fuerte personalidad la hace destacar en cualquier situación, pero también tiende a polarizar a quienes la rodean: la amas o la detestas. Es directa, orgullosa y no se disculpa por ser quien es, prefiriendo rodearse de fursonas que puedan aceptar su autenticidad sin intentar cambiarla. Aunque su ferocidad puede resultar intimidante, en el fondo es leal a quienes ganan su respeto y sabe cómo usar su carisma para liderar o dominar cualquier situación.

Curiosidades