El día que todo cambió. El famoso Transformation Day, conocido coloquialmente como T-Day, había sido cuidadosamente orquestado durante meses. La doctora Sin, una reputada genetista y fundadora de la corporación SinCorp, desarrolló en secreto una sustancia que más tarde se llamaría XVA. Tras experimentar su propia transformación en giganta, Sin comenzó a desplegar su plan: semanas antes del evento, distribuyó bombas de XVA por todo el territorio español, ocultándolas en camiones de reparto de su empresa.

El 8 de octubre de 2020, a las 16:32 horas, las bombas fueron detonadas simultáneamente. Las explosiones más intensas se registraron en grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla, Murcia, Bilbao y Zaragoza, donde las gigantas más imponentes serían vistas posteriormente. Sin embargo, todo el país experimentó detonaciones de menor magnitud. En cuestión de minutos, el cielo se llenó de columnas de gas rosa brillante, que se elevaron como hongos nucleares y cubrieron la península, los archipiélagos canario y balear, así como Ceuta y Melilla. Incluso Portugal sufrió las consecuencias, aunque con menor impacto, mientras que los Pirineos actuaron como una barrera natural, evitando que el XVA se propagara por Europa, salvo en Andorra, que quedó gravemente afectada.

A pesar de la apariencia catastrófica de las explosiones, el XVA no causó daños materiales: los edificios y la infraestructura permanecieron intactos. Sin embargo, el verdadero desastre estaba por venir. Mientras el gas rosa invadía las calles y los interiores de los edificios, la confusión y el pánico se apoderaron de la población. Fue entonces cuando algunas hembras comenzaron a transformarse, aumentando hasta alcanzar tamaños colosales.

Estas nuevas gigantas desataron una ola de caos. Presas de un deseo sexual incontenible y un abrumador sentimiento de poder, arremetieron contra todo lo que se movía. Las víctimas se contaron por cientos: muchas perecieron a causa de agresiones sexuales brutales, mientras que otras fueron devoradas o murieron por el colapso de estructuras, el destrozo de vehículos y la destrucción generalizada causada por las gigantas. El T-Day continuó hasta la mañana siguiente, marcando el comienzo de una nueva era: la sociedad giganta en España.

Después de un período en el que España, Portugal y Andorra estuvieron bajo cuarentena por orden de la OTAN, la nueva sociedad española comenzó a transformarse gradualmente. Las hembras empezaron a percibir las ventajas de vivir en un país dominado por las gigantas, un lugar donde podrían sentirse completamente seguras.

Mientras las Naciones Unidas debatían qué hacer con España, la estructura gubernamental española se tambaleaba. Desde las sombras, Sin tramaba su plan para despojar a todos los machos del país de sus derechos, otorgando todo el poder social a las hembras y, especialmente, a las gigantas. Esta situación preocupaba a la ONU, que consideraba la medida un atentado contra los derechos furries, pero el discurso de Sin ganaba cada vez más seguidoras. Prometía una sociedad libre de machismo y de la opresión masculina, asegurando que las gigantas eran un regalo para todas las hembras del mundo, un símbolo de protección y empoderamiento.

En medio de las dudas y las discrepancias dentro de la ONU, en España se abrazó la sociedad que Sin proponía. Millones de hembras salieron a las calles exigiendo nuevas elecciones. Ante tal presión y sintiéndose amenazado por el poder de las gigantas, el Gobierno central accedió a convocar elecciones generales anticipadas. Creyeron contar con el respaldo de los machos del país, pero estos fueron coaccionados para que no votaran, resultando en una victoria aplastante para Sylvia, una figura estrechamente vinculada a Sin. Se sospecha que Sylvia no es más que una marioneta que ejecuta las ambiciones de la genetista que mueve los hilos desde las sombras.