Datos
Nombre Zuzu
Edad 21 años
Raza Loba
Oficio Rastreadora
Ubicación Santander

Biografía

La vida de Zuzu comenzó con una sombra de crueldad que marcaría su destino. Nació en Santander, fruto de una relación peligrosa y forzada. Su madre, una loba bondadosa pero vulnerable, fue obligada a quedarse embarazada por su pareja, un joven lobo adicto a múltiples sustancias y con un carácter impredecible y violento. Desde el principio, la madre de Zuzu vivió bajo el yugo de las agresiones constantes. Incluso durante el embarazo, su pareja no cesaba de golpearla, un horror que impactó directamente en el desarrollo de la pequeña Zuzu dentro del vientre.

Cuando Zuzu llegó al mundo, su estado reflejaba las secuelas de aquel ambiente hostil. A pesar de su apariencia externa similar a cualquier furry, su mente no se había desarrollado completamente. Desde muy pequeña, se desplazaba a cuatro patas como un animal salvaje, incapaz de hablar o de entender las complejidades del lenguaje. Su forma de comunicarse se limitaba a gruñidos, ladridos y balbuceos, algo que su padre encontró repulsivo y vergonzoso.

Negándose a aceptar que “esa cosa” fuera su hija, el padre de Zuzu la condenó a vivir en condiciones inhumanas. Encadenada en el sótano oscuro y frío de la casa, Zuzu era tratada peor que una mascota: su dieta consistía en sobras y comida para animales, y los castigos físicos eran comunes. Sin embargo, en medio de tanta oscuridad, su madre se convirtió en su única luz. Desafiando a su pareja, la madre de Zuzu pasaba todo el tiempo que podía con su hija, dándole amor, calor y pequeños momentos de felicidad.

Con los años, Zuzu creció físicamente, pero su mente seguía siendo la de un ser feral. Su madre, decidida a darle una vida un poco mejor dentro de sus limitaciones, le enseñó las bases de la comunicación, ayudándola a expresar sus necesidades y emociones mediante balbuceos y gestos. Sin embargo, los abusos y el desprecio del padre no cesaban. Zuzu aprendió a soportar aquel trato, pero la tensión y el sufrimiento de su madre solo crecían.

El punto de inflexión llegó una tarde fatídica durante el T-Day. Encadenada en el sótano como de costumbre, Zuzu notó un extraño gas rosado filtrándose por la pequeña ventana. Intrigada, olfateó el gas, lo que provocó una reacción inmediata y radical en su cuerpo. En cuestión de minutos, su tamaño aumentó exponencialmente hasta alcanzar los 4,57 metros de altura. Al mismo tiempo, un imponente miembro masculino emergió entre sus piernas. Las cadenas que la habían mantenido prisionera durante toda su vida se rompieron con facilidad.

Confundida y furiosa, Zuzu escuchó los gritos de su madre provenientes del piso de arriba. Impulsada por su instinto de protección, irrumpió en la estancia superior con una fuerza descomunal. Allí encontró a su padre, golpeando a su madre como tantas otras veces. Pero esta vez sería la última. Desatada por la ira y su nuevo poder, Zuzu atacó con sus fauces, reduciendo al agresor a nada más que recuerdos oscuros.

Tras el acto, Zuzu se giró hacia su madre, quien, lejos de sentir miedo, vio a su hija como un milagro. Por primera vez, eran libres. Ambas abandonaron aquella casa, dejando atrás una vida de sufrimiento que ya no tenía lugar en su futuro.

La transformación de Zuzu no pasó desapercibida. SinCorp, la empresa responsable del T-Day, estudió su caso con interés. Al darse cuenta de que su estado mental único requería un entorno especial, decidieron ofrecerle un hogar adecuado. La empresa adquirió el Parque de Cabárceno, en Cantabria, y lo reacondicionó para satisfacer todas las necesidades de Zuzu. Este espacio natural se convirtió en su refugio, un lugar donde podía explorar, jugar y vivir en paz.

El parque no solo es un santuario para Zuzu, sino también un símbolo de su nueva vida. Su madre, liberada de la relación tóxica que la aprisionó durante años, ahora la visita diariamente, llevándole juguetes, comida y, sobre todo, el amor que nunca dejó de darle. Juntas, están reconstruyendo una vida marcada por el cariño y la esperanza, dejando atrás las sombras del pasado.

Zuzu vive ahora como una giganta feliz, disfrutando de su espacio en el parque, rodeada de atenciones y cuidados. Aunque su mente sigue siendo feral, su instinto protector y su vínculo con su madre se han fortalecido, demostrando que incluso en los comienzos más oscuros, puede surgir una luz llena de amor y resiliencia.


Personalidad

Zuzu es una loba con una mente feral, lo que la hace instintiva, curiosa y profundamente emocional. Aunque carece de habilidades avanzadas de comunicación, expresa sus emociones con claridad a través de sonidos, gestos y acciones. Es juguetona y disfruta de explorar su entorno, mostrando un comportamiento similar al de un cachorro en su entusiasmo por descubrir cosas nuevas. A pesar de su apariencia imponente como giganta, tiene un corazón gentil y protector, especialmente hacia su madre, con quien comparte un vínculo inquebrantable. Cuando percibe una amenaza, su lado feroz y territorial emerge, defendiendo lo que ama con una intensidad abrumadora.


Curiosidades

Apariciones