Sienna es una dragona nacida en León, donde fue criada por una pareja adoptiva compuesta por una husky y un lobo. La pareja, que había deseado tener hijos durante años, vio en Sienna una oportunidad de experimentar la paternidad. A pesar de su raza inusual, la trataban como si fuera su hija biológica, colmándola de amor y cuidados. La madre, en particular, volcó todo su afecto en Sienna, habiendo sufrido problemas de salud uterinos que le impedían ser madre de forma natural.

Desde su infancia, Sienna mostró un espíritu indomable y un profundo deseo de volar. Sus imponentes alas eran un símbolo de libertad, pero también una fuente de preocupación constante para sus padres. Mientras que su madre admiraba y comprendía la naturaleza aérea de su hija, alentándola con dulzura y protección, su padre sentía una frustración creciente. Las veces que Sienna escapaba de sus ataduras y surcaba el cielo, desobedeciendo las normas de seguridad, desataban discusiones intensas en casa, con su padre perdiendo los estribos ante lo que percibía como un desafío a su autoridad.

Su vida escolar tampoco fue sencilla. En el instituto, Sienna llamaba la atención a donde fuera. Sus alas, que se desplegaban de forma majestuosa y ocupaban gran espacio, la hacían objeto de miradas, susurros y a veces incluso comentarios maliciosos. Los profesores insistían en que mantuviera las alas recogidas y le prohibían volar por razones de seguridad, pero Sienna no podía evitar el impulso de desplegarlas durante el recreo. Volar era parte de su ser, y la contención solo aumentaba su deseo. Cada reporte escolar enviado a casa revivía las discusiones familiares, hasta que un día, su madre, harta de las reprimendas de su esposo, le lanzó un ultimátum: “La acogimos para que fuese feliz, no para cortarle las alas. Si no puedes entender eso, tal vez este hogar no debería seguir igual.”

Esas palabras se clavaron en el corazón de Sienna, quien, desde entonces, se sintió más unida que nunca a su madre. Con el tiempo, canalizó su pasión por la libertad y la aventura hacia un propósito: el periodismo. La idea de convertirse en reportera aérea la llenaba de emoción, sabiendo que su habilidad de volar le daría una ventaja única en su profesión. Su madre celebró su decisión con orgullo, mientras que su padre, resignado y agotado, optó por guardar sus críticas.

Sienna se graduó en periodismo con excelentes calificaciones y pronto consiguió un puesto como reportera en una emisora de televisión local. Allí, usaba sus habilidades de vuelo para captar imágenes impresionantes desde el aire, cubriendo incendios forestales, tráfico en las calles y eventos importantes. La adrenalina de surcar los cielos como parte de su trabajo la hacía sentir finalmente útil y aceptada.

Sin embargo, su destino cambió radicalmente durante el T-Day, cuando una explosión masiva de gas rosa cubrió gran parte de España. Mientras volaba en dirección a cubrir una noticia importante, la onda expansiva del gas la alcanzó en pleno vuelo. Sienna inhaló una cantidad considerable del misterioso gas, y de inmediato sintió cómo su cuerpo empezaba a transformarse. Su piel ardía, y sus músculos crecieron a un ritmo vertiginoso, haciéndola perder el control en el aire. Se desplomó sobre la azotea de un edificio, y ahí, en medio de un caos de escombros y confusión, su cuerpo terminó de cambiar. Creció hasta alcanzar los 5,80 metros de altura y, en medio de la transformación, un cambio más inesperado ocurrió: de su entrepierna brotó un miembro masculino, de tamaño impresionante.

Afortunadamente, la cámara que llevaba durante el vuelo había captado toda la secuencia de su transformación, imágenes que se convirtieron en contenido exclusivo para su emisora. Este suceso elevó su prestigio, y la nueva Sienna, imponente y gigantesca, se convirtió en una figura pública de gran interés. SinCorp, la corporación detrás del T-Day, le ofreció un contrato para trabajar como reportera estrella de su emisora nacional, y ella aceptó sin dudar.

Ahora, Sienna es más que una simple reportera: es una fuerza aérea imparable, capaz de cubrir noticias desde una perspectiva que pocos podrían imaginar. Su madre sigue mostrándose orgullosa y se emociona cada vez que ve a su hija en televisión, convertida en una verdadera heroína de los cielos. En cuanto a su padre, la relación ha cambiado de manera radical: ahora, humillado y reducido a ser un juguete más, ha aprendido que desafiar a Sienna ya no es una opción, sino un riesgo. Él ha pasado de ser un obstáculo a un juguete en las manos de la poderosa giganta, viviendo una lección de respeto que Sienna cree que se ha ganado a pulso.

Personalidad

Sienna es valiente, decidida y profundamente libre de espíritu. Desde joven ha sido impulsiva y rebelde, siguiendo siempre su instinto, especialmente cuando se trata de volar. Aunque los desafíos la han forjado con fuerza, conserva un lado tierno y protector, especialmente hacia quienes la apoyan, como su madre. Como giganta, ha desarrollado una confianza imponente y un sentido de justicia férreo, usando su poder para defender lo que cree justo. Aunque puede ser dominante y temible con aquellos que la han menospreciado, sigue siendo apasionada y dedicada a su trabajo, siempre buscando la verdad y la aventura.

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