Datos
Nombre Rhonda
Edad 27 años
Raza Elefanta
Oficio Gerente industrial
Ubicación Ceuta

Biografía

Rhonda nació en Ceuta, una ciudad pequeña pero vibrante ubicada en el estrecho de Gibraltar, frontera entre Europa y África. Sus padres, inmigrantes senegaleses que habían llegado buscando una vida mejor, le dieron una crianza basada en principios de humildad y esfuerzo. Desde pequeña, Rhonda fue testigo de las dificultades a las que su familia se enfrentaba. La realidad de vivir en una ciudad con recursos limitados y en un ambiente multicultural la formó como una persona fuerte y agradecida, capaz de valorar cada pequeño detalle que la vida le ofrecía, sin perder nunca la alegría ni la esperanza.

La niñez de Rhonda estuvo marcada por el constante movimiento y adaptación. En un entorno en el que la diversidad racial y cultural era la norma, Rhonda aprendió a adaptarse y a ser flexible con los diferentes tipos de personas que conocía. Desde temprana edad, experimentó las diferencias culturales con naturalidad, viendo en la mezcla de etnias y costumbres no un desafío, sino una oportunidad para crecer. En su escuela pública, las tensiones entre comunidades existían, pero la visión de Rhonda era diferente: se sintió unida a sus compañeros, sin importar sus orígenes, porque había algo más grande que los unía: la lucha diaria por un futuro mejor.

A pesar de las dificultades económicas, su madre y su padre siempre le ofrecieron un hogar lleno de amor y apoyo. Aunque el dinero nunca sobraba, la calidez familiar era incuestionable. Rhonda asumió responsabilidades desde temprana edad, ayudando en las tareas del hogar y haciendo recados cuando su madre no podía. Era una niña que nunca reclamaba por lo que no tenía, sino que se sentía agradecida por lo que podía ofrecer. En su adolescencia, ayudaba a su madre con los quehaceres y a su padre en su trabajo manual, sabiendo que su contribución era vital para que la familia pudiera salir adelante.

En la adolescencia, las cosas no fueron fáciles. Rhonda comenzó a asistir a un instituto público donde las tensiones sociales eran palpables. La violencia, los robos y las drogas dominaban los pasillos y baños, y las peleas entre los chicos eran casi diarias. Aunque Rhonda era física y mentalmente más fuerte que la mayoría, trató de mantenerse al margen. A menudo recurría a su imponente altura y a su fuerza natural para evitar que la involucraran en situaciones conflictivas. Sin embargo, no era ajena a los problemas que la rodeaban. Muchas veces se encontraba con compañeros atrapados en un ciclo de autodestrucción y desespero, y aunque no podía salvarlos a todos, Rhonda se comprometió a darles siempre un buen ejemplo, mostrándoles que había algo más allá de las malas decisiones.

En su último año de instituto, Rhonda comprendió que su futuro no dependía únicamente de lo que había aprendido en el aula. La educación en Ceuta era limitada y las oportunidades escasas, por lo que decidió que el mejor camino era trabajar. Su padre, que llevaba años en la fábrica local, le consiguió un puesto. Aunque Rhonda sabía que las puertas académicas para ella no se abrirían de la misma manera que para otros, en su corazón sabía que con esfuerzo y dedicación podría salir adelante. La fábrica, un lugar de trabajo duro y exigente, se convirtió en su nuevo terreno de lucha.

Desde su primer día, Rhonda demostró su valía en el trabajo. Se ganó el respeto de sus compañeros, no solo por su fortaleza física, sino por su carácter amable y solidario. Aunque nunca había sido una líder de forma activa, su capacidad para escuchar y ayudar a quienes lo necesitaban la hizo destacar. Las relaciones en la fábrica eran sencillas y directas: todos sabían que Rhonda era alguien en quien podían confiar. Ella no se veía a sí misma como una heroína ni como la solución a todos los problemas, pero si alguien necesitaba una mano, allí estaba.

Un día, sin embargo, la vida de Rhonda cambió de forma irreversible. Las noticias empezaron a hablar de un ataque con gas rosa que estaba devastando varias ciudades españolas, y antes de que nadie pudiera reaccionar, Ceuta y Melilla fueron alcanzadas por las bombas de gas. Rhonda, en ese momento trabajando en la fábrica, vio cómo la nube rosada invadía rápidamente el espacio. El gas rosa se filtró por los conductos y pronto la fábrica se vio sumida en una neblina densa que parecía envolverse alrededor de cada uno de los trabajadores. Rhonda no tuvo tiempo de comprender lo que ocurría antes de que el gas afectara su cuerpo de manera abrupta.

En un parpadeo, su cuerpo comenzó a crecer. En cuestión de minutos, Rhonda alcanzó los 3,50 metros de altura, y lo que parecía un cambio físico extraordinario rápidamente se tornó en algo más profundo: sus genitales femeninos se transformaron en unos masculinos, una metamorfosis que fue acompañada de un deseo primitivo y abrumador. La sensación de poder y éxtasis que la invadió la dejó completamente atónita. Su cuerpo, ahora mucho más grande y fuerte, parecía pedirle algo más, algo que no podía comprender por completo en ese momento, pero que la empujó a actuar de manera instintiva.

El gas rosa no solo cambió su físico, sino que despertó en Rhonda una naturaleza más salvaje. En la fábrica, donde los trabajadores estaban atrapados junto a ella, comenzó una especie de caza. Uno a uno, los hombres que habían compartido la jornada laboral con Rhonda cayeron bajo su dominio, ya no solo por su fuerza física, sino por la nueva aura de poder que la rodeaba. Su transformación no solo fue un cambio físico, sino una reinvención completa de su ser, donde la sensación de control y deseo la llevó a tomar el mando absoluto.

Tras el T-Day, Rhonda emergió como la nueva dueña de la fábrica. A pesar de su naturaleza dominante y su nuevo rol de poder, algo permaneció inalterado en ella: su pasión por el trabajo. No era solo una cuestión de tener el control sobre la empresa o de disfrutar de su poder. Rhonda disfrutaba de cada aspecto de su trabajo, desde la producción hasta la gestión de las tareas diarias. A pesar de su tamaño y poder, se convirtió en una figura que fomentaba el trabajo arduo en su equipo, organizando y liderando con una mezcla de disciplina y camaradería.

La nueva dinámica de la fábrica era muy diferente. Ahora, en el puesto de poder, Rhonda podía ver a los demás como iguales en el contexto de la productividad. No le importaba que ahora fuera una giganta; su identidad seguía estando vinculada a la ética de trabajo, a la humildad, y a la satisfacción de saber que su esfuerzo valía algo. La fábrica, lejos de ser un simple lugar de producción, se convirtió en una comunidad bajo su liderazgo. Aunque las trabajadoras sabían de su poder, respetaban profundamente su capacidad para ser la líder que necesitaban.


Personalidad

Rhonda es una fursona fuerte, tanto física como emocionalmente, que valora profundamente la humildad y el trabajo arduo. Criada en un entorno modesto, nunca ha perdido la capacidad de apreciar lo que tiene y siempre busca ayudar a los demás. A pesar de las adversidades que ha enfrentado, mantiene una actitud positiva y alegre, enfocándose en lo que puede aportar al mundo que la rodea. Tras su transformación en giganta, se vuelve aún más determinada y dominante, pero no pierde su esencia de ser una líder justa y trabajadora. Le gusta sentir que está haciendo una diferencia en la vida de los demás, y aunque su nuevo poder la ha cambiado, sigue siendo una persona leal, con un fuerte sentido de responsabilidad y orgullo por su trabajo.


Curiosidades

Apariciones