Datos
Nombre Prima
Edad 26 años
Raza Hurona
Oficio Deidad
Ubicación Barcelona

Biografía

Prima nació en un barrio tranquilo del noroeste de Barcelona, un lugar donde las familias vivían apaciblemente, sin muchas preocupaciones, en una comunidad que se conocía y apoyaba mutuamente. Desde muy pequeña, Prima fue conocida por su carácter dulce y su gran corazón. Era una niña encantadora, de esas que siempre buscaban hacer sonreír a los demás, una niña que prefería pasar tiempo con su familia y amigos cercanos a buscar la atención en otros aspectos. A lo largo de su niñez, su vida giraba en torno a su familia, especialmente sus abuelos paternos, quienes jugaban un papel fundamental en su vida.

Su abuelo, en particular, fue su héroe. Consideraba que su abuelo era casi un segundo padre, alguien que le enseñó muchas lecciones importantes sobre la vida: desde cómo valorar lo que tienes hasta cómo ser amable con los demás, incluso cuando no recibes lo mismo a cambio. Pasaba muchas tardes en su casa, ayudándolo a cuidar su jardín, escuchando sus historias de juventud, o simplemente acompañándolo en sus rutinas cotidianas. Cuando él falleció, Prima experimentó una de las pérdidas más profundas de su vida. Su abuelo era un pilar emocional y, aunque el dolor fue inmenso, nunca dejó que la tristeza la consumiera completamente. En lugar de sucumbir al dolor, Prima continuó adelante, aferrándose a los recuerdos felices y a la estabilidad de su familia.

A medida que creció, Prima se mantuvo fiel a sus valores: la lealtad a su familia, la importancia de los amigos y la humildad. Nunca buscó sobresalir ni llamarse la atención. En el instituto, seguía la misma línea: cumplía con sus estudios con responsabilidad, pero no tenía grandes ambiciones de ser la mejor o la más popular. Se concentraba en lo que más le gustaba: pasar tiempo con sus amigas, compartir risas y momentos tranquilos. Durante esos años, comenzó a descubrirse a sí misma de maneras sutiles pero importantes. Su pasión por la danza se hizo más fuerte, disfrutaba de las clases y las reuniones con sus amigas donde se desahogaban bailando. A pesar de la creciente curiosidad de sus compañeras por los chicos, Prima no compartía el mismo interés. Mientras que muchas de sus amigas comenzaban a fijarse en los chicos populares del instituto, Prima guardaba en silencio una verdad que apenas comprendía por completo: se sentía atraída por las chicas.

Este secreto que guardaba era un peso que llevaba con ella, especialmente porque su padre, una figura algo estricta y tradicionalista, nunca había mostrado apertura hacia la diversidad sexual. Su madre, por otro lado, siempre había sido más comprensiva, pero Prima temía que su padre no aceptara sus sentimientos. A pesar de la comprensión que podía esperar de su madre, no se atrevió a hablar con ninguno de los dos, prefería vivir en silencio con su identidad.

El paso a la formación profesional en enfermería representó una etapa de crecimiento para Prima. Durante este tiempo, comenzó a salir de su zona de confort, ampliando su círculo de amigas y comenzando a experimentar nuevas emociones. En una de esas experiencias, en un momento de conexión emocional, compartió su primer beso con otra chica. Aunque el acto fue liberador, se sintió al mismo tiempo nerviosa y abrumada. Sabía que, aunque era un paso importante, no estaba lista para compartir su sexualidad con el mundo, especialmente con su padre. La presión interna de ocultar una parte tan significativa de sí misma comenzó a generar dudas y ansiedad.

Pero el destino tenía otros planes para ella. Un día, mientras paseaba tranquilamente por la ciudad con la chica que le gustaba, su padre las descubrió. La sorpresa, la vergüenza y el miedo se apoderaron de Prima. No sabía cómo reaccionar ni qué decir, pero el encuentro no fue lo más impactante de esa tarde. De repente, una explosión masiva ocurrió en el centro de la ciudad, desencadenando la liberación de una nube de gas rosa que se esparció rápidamente. Prima, por estar cerca del epicentro de la explosión, tragó una gran cantidad de gas antes de poder reaccionar.

La transformación fue inmediata y apabullante. Su cuerpo comenzó a estirarse y a crecer de manera descontrolada. Prima experimentó la sensación de ver cómo todo a su alrededor se hacía más pequeño, mientras ella alcanzaba rápidamente 60,96 metros de altura. Su cuerpo se alargó y adaptó a la nueva realidad, desarrollando un miembro masculino de 9,14 metros. La visión de su propio cuerpo desmoronándose en proporciones tan descomunales la dejó atónita. Los edificios cercanos fueron destruidos por sus primeros movimientos torpes, pero el miedo de aplastar accidentalmente a su amiga la hizo reaccionar rápidamente. Con gran destreza, agachó su gigantesca figura para colocar su mano sobre el lugar donde su amiga estaba, protegiéndola del impacto. Este gesto, realizado sin pensarlo, fue interpretado por todos como un acto heroico.

Lo que siguió fue más allá de cualquier expectativa. Las hembras de todo el país comenzaron a venerarla, viéndola como una deidad. Prima, la chica que había sido tranquila, modesta y llena de inseguridades, ahora era la figura más grande que jamás hubiera existido. Se creó una religión alrededor de su figura, un culto que la adoraba como la "Diosa de las Gigantas", la protectora y símbolo de todas las hembras que, como ella, se habían transformado. Prima no entendía cómo ni por qué su vida había tomado un giro tan radical. A pesar de ser una figura divina para muchos, en su interior, seguía siendo la misma chica que había sido siempre: una persona tímida, que no se sentía especial, solo una chica más con una historia común.

La presión de ser vista como una figura casi mítica la hacía sentir incómoda, pero la sociedad de las gigantas ya la había puesto en un pedestal del que no podía bajar. Ahora, además de sus estudios y su vida personal, se veía arrastrada por un rol que no pidió pero que se vio obligada a aceptar. El culto que la adoraba organizaba ceremonias, oraciones y eventos en su honor, pero Prima solo deseaba ser tratada con normalidad, como la chica sencilla que siempre fue. A pesar de ello, la idolatría que recibía era innegable, y la sociedad ya no la veía como un ser humano común.

Ahora, Prima lidia con el dilema de su nueva identidad: ¿Cómo puede mantener su humanidad cuando el país entero la percibe como una diosa? ¿Puede seguir siendo la misma persona que antes de la explosión, o está atrapada en su nuevo rol? La incertidumbre sobre su futuro, el conflicto entre sus deseos y las expectativas externas, son los temas que Prima debe afrontar cada día, mientras trata de encontrar su camino en este nuevo mundo que nunca imaginó.


Personalidad

Prima es una persona dulce, empática y profundamente leal a su familia y amigos. A pesar de su nueva figura de diosa, su personalidad sigue siendo la misma: tímida, introvertida y con una gran humildad. Aunque siempre ha sido reservada, especialmente respecto a su sexualidad, tiene una naturaleza protectora y cuidadosa con los demás, lo que se reflejó en su reacción instintiva de salvar a su amiga después de la transformación. A pesar de la idolatría que recibe, Prima no se siente especial ni diferente a las demás, y su mayor deseo es vivir una vida sencilla, centrada en sus seres queridos. La atención que recibe de la sociedad de las gigantas la hace sentirse incómoda, ya que solo quiere ser vista como una persona común, a pesar de su nuevo rol como figura mítica.


Curiosidades

Apariciones