Popo nació en Águilas, un pintoresco pueblo costero de la Región de Murcia, rodeada de las cálidas aguas del Mar Mediterráneo. Como hermana menor de Juxta, su vida comenzó con una mezcla de amor y competencia. Desde pequeña, Popo fue criada en un hogar lleno de cariño y afecto, y se le enseñó a ver el mundo con una mirada inocente y despreocupada. En su niñez, se destacó por su carácter optimista y su naturaleza abierta, siempre curiosa y dispuesta a jugar sin preocuparse demasiado por las consecuencias. Su actitud inocente hacia la vida se reflejaba en su forma de interactuar con el mundo: tomaba todo como un juego y veía a las personas a su alrededor como potenciales amigos.

Sin embargo, su hermana Juxta, aunque también la quería profundamente, veía a Popo como una especie de desafío constante. Juxta era mucho más seria, madura y competitiva, cualidades que desarrolló en su niñez debido a las expectativas familiares y su deseo de sobresalir. A menudo, se sintió amenazada por el espíritu alegre y despreocupado de Popo, y, por ello, se inclinó a compararse con ella constantemente. Las dos hermanas comenzaron a rivalizar en casi todo: desde los logros académicos hasta los pequeños detalles de la vida cotidiana. Mientras Popo se destacaba por su facilidad para hacer amigos y su forma espontánea de ver la vida, Juxta luchaba por mantener su control sobre su entorno, sintiendo que cada logro de Popo la eclipsaba.

A pesar de esta dinámica competitiva, Popo nunca comprendió el motivo de esta rivalidad. Su naturaleza pura y su falta de malicia la hacían incapaz de ver a su hermana como una adversaria, sino más bien como una compañera. Las bromas y burlas de los demás, tanto dentro de su familia como en la escuela, eran incomprensibles para Popo, quien no comprendía el daño que otros podían causar con sus palabras. Para ella, la vida siempre fue un juego, y sus constantes intentos de hacer amigos eran siempre inofensivos y llenos de buena voluntad.

Sin embargo, con el paso de los años, algo cambió en Juxta. Viendo cómo su hermana menor seguía siendo blanco de burlas y, sin comprender del todo el impacto que esas burlas tenían sobre Popo, Juxta comenzó a cambiar su perspectiva. La rivalidad de antaño se transformó en una feroz protección. Ahora, cualquiera que osara hacer daño a Popo se enfrentaba a la furia de Juxta, quien se convirtió en su defensora más acérrima. Esta transformación en la relación entre las dos hermanas consolidó su vínculo, y pronto se volvieron inseparables.

Juxta, siempre la figura dominante y seria, se convirtió en el pilar sobre el que Popo podía apoyarse en los momentos difíciles. En contraste, Popo seguía siendo el alma inocente de la relación: divertida, carismática y dispuesta a ver el mundo como un juego, sin comprender los peligros que acechaban en cada esquina. A pesar de sus diferencias, juntas eran invencibles, con Popo ofreciendo su energía juvenil y optimismo, mientras Juxta mantenía a raya a los problemas con su fuerza protectora y determinación.

El tiempo pasó, y Juxta siguió siendo la sombra protectora de Popo. Durante los últimos dos años de instituto de Popo, Juxta la acompañaba todos los días al salir de clase, como un recordatorio de que su hermana menor siempre tendría su respaldo, sin importar lo que ocurriera. Esta dinámica continuó hasta el fatídico día que cambiaría para siempre sus vidas.

El T-Day fue el punto de inflexión de sus vidas. Mientras las hermanas disfrutaban de una tranquila tarde de merienda en uno de los parques cercanos, un evento inesperado cambió el curso de su existencia. Una nube de gas rosa envolvió todo el pueblo en un instante. Las dos hermanas, sin entender lo que sucedía, respiraron el gas y fueron inmediatamente afectadas. Al igual que todos los habitantes del pueblo, Popo y Juxta sufrieron una transformación drástica. Sus cuerpos comenzaron a crecer de manera vertiginosa, alcanzando una altura de 2.90 metros. Pero lo que más las sorprendió, y las desconcertó, fue el cambio en su anatomía: ambas fueron modificadas, adoptando genitales masculinos imponentes.

Para Popo, este cambio fue recibido de una manera curiosamente indiferente. En lugar de experimentar miedo o confusión, la niña que todavía llevaba una visión inocente del mundo encontró en su nueva forma una oportunidad para jugar aún más con su entorno. Aunque los cambios físicos eran evidentes y sorprendentes para los demás, Popo parecía no entender la seriedad de la situación. La transformación no solo cambió su cuerpo, sino que también despertó en ella un instinto insaciable que no podía controlar: la capacidad de eyacular en grandes cantidades, lo cual comenzó a explorar de una manera tan juguetona como todo lo que había hecho antes.

En su mente, todo se convirtió en un juego aún más grande: Feeding Time, lo llamó. Un juego peculiar en el que "alimentaba" a los "juguetes" (machos que caían en sus manos) con su semilla. Esta inocente diversión se convirtió rápidamente en un interés más profundo, ya que su habilidad para capturar y someter a otros fue rápidamente notada por SinCorp, la organización que controlaba las mutaciones. Fue reclutada como cazadora, dada su increíble agilidad para perseguir y atrapar a aquellos que eran considerados "juguetes". Su cambio, lejos de ser un obstáculo, la convirtió en una pieza clave dentro de una maquinaria que iba mucho más allá de lo que ella podría comprender.

Junto a Juxta, quien seguía siendo la protectora, Popo pasó a ser parte de un dúo imparable. Mientras que Juxta continuaba con su rol de hermana mayor dominante y ferozmente protectora, Popo actuaba como la fuerza desbordante, jugando a su manera con las nuevas reglas de un mundo alterado por el T-Day. Ambas hermanas, cada una con su personalidad única, se convirtieron en figuras formidables, fusionando sus habilidades y destrezas para ser una de las parejas más poderosas en el nuevo orden establecido.

Popo, la niña inocente convertida en cazadora imparable, encontró su lugar en un mundo que, para ella, solo era un juego grande y peligroso. Pero no importaba lo que le ofreciera el futuro; siempre tendría a Juxta a su lado, y juntas, no había nada que no pudieran conquistar.

Personalidad

La personalidad de Popo es inocente, juguetona y despreocupada. Siempre ve el mundo como un gran juego, sin entender las intenciones maliciosas de los demás. Su naturaleza carismática y optimista la hace sumamente encantadora, pero a veces puede ser un poco ingenua, sin captar la gravedad de algunas situaciones. A pesar de su tamaño y cambios físicos tras el T-Day, mantiene su actitud infantil y divertida. No busca hacer daño, y aunque su instinto sexual ha emergido con su transformación, sigue viéndolo todo como una especie de juego. Es una figura ligera y energética, completamente ajena a la seriedad del mundo que la rodea.

Curiosidades