Datos
Nombre Leona
Edad 24 años
Raza Coneja / leona
Oficio Coach de gimnasio
Ubicación Marbella

Biografía

Leona nació en una familia marcada por tensiones constantes y un ambiente que a menudo oscilaba entre el amor y el conflicto. Su madre, una coneja encantadora y coqueta, era el pilar del hogar, dedicándose a su hija con calidez y cuidado. Sin embargo, esa dulzura contrastaba con la presencia de su padre, un león de carácter impredecible y difícil, cuya relación con su madre estaba plagada de discusiones y desentendimientos. La casa siempre vibraba con la energía de sus conflictos, y la brecha emocional entre los padres de Leona solo se hizo más profunda con el tiempo.

El padre de Leona, incapaz de afrontar la tensión matrimonial, comenzó a pasar cada vez más tiempo fuera de casa. Estas ausencias se hicieron más prolongadas y frecuentes, dejando un vacío en el hogar y, con ello, una herida abierta en la joven Leona. La niña creció sintiéndose frustrada y desprotegida, con una rabia silenciosa hacia la figura paterna que tanto añoraba pero nunca pudo admirar. Sin un modelo masculino sólido, Leona empezó a desarrollar una necesidad de fuerza, protección y control, decidida a no sentirse vulnerable como su madre.

Durante su adolescencia, esa rabia y deseo de poder se transformaron en una dedicación obsesiva al gimnasio. Allí, entre el sonido de los hierros y el olor del sudor, encontró una vía para canalizar su frustración. Lo que empezó como una forma de escapar se convirtió en una pasión que moldeó su identidad. Leona levantaba pesas, corría kilómetros y entrenaba sin descanso, esculpiendo un cuerpo imponente y musculoso que desafiaba las expectativas de una hembra. Pero no se conformó con los resultados naturales. A escondidas, empezó a comprar esteroides con el poco dinero que le daban, aumentando su fuerza y masa muscular, junto con niveles de testosterona que la hacían sentirse cada vez más poderosa.

El cambio no fue solo físico. Con cada músculo que crecía, también lo hacía su sentido de autoridad y agresividad. Pronto, en casa, Leona comenzó a asumir el papel de líder, apoyando a su madre en tareas que su padre había dejado de lado. Organizaba las finanzas, hacía reparaciones menores y defendía a su madre, imponiéndose como la figura masculina que siempre había faltado. En la escuela, los compañeros comenzaron a mirarla con respeto (o miedo), y algunas chicas incluso empezaron a bromear llamándola “daddy”. A Leona no solo le gustaba; lo abrazó como una faceta de su identidad. Le encantaba ser vista como un “alfa” y disfrutaba de la atracción y sumisión que algunos mostraban hacia ella.

El conflicto con su padre se intensificó con el tiempo. El león regresaba esporádicamente al hogar, y cuando lo hacía, se encontraba con una hija que ya no era una niña dócil, sino una joven imponente que le plantaba cara sin dudar. Las discusiones se convirtieron en enfrentamientos físicos, donde Leona no temía desafiar a su propio progenitor, al que despreciaba por su debilidad y abandono. Durante una de esas confrontaciones, con insultos y puños volando, el T-Day estalló en Marbella. Una nube de gas rosa se extendió rápidamente, alcanzando la casa y transformando la realidad de todos.

Leona, que había inhalado una dosis del gas sin poder evitarlo, sintió cómo su cuerpo se descontrolaba. Sus músculos se hincharon aún más, su estatura se disparó hasta los 3.01 metros, y su anatomía cambió drásticamente, desarrollando genitales masculinos que emanaban poder. Los esteroides que ya había estado tomando hicieron que el gas intensificara su transformación, inundando su sistema con niveles de testosterona nunca antes vistos. Pelaje comenzó a cubrir áreas inusuales para una hembra, como los antebrazos, el escote, y alrededor de sus nuevos genitales, reforzando su imagen de giganta alfa.

La transformación no solo cambió su cuerpo, sino que intensificó su personalidad. Leona se convirtió en una figura imponente, una “daddy” en toda regla, cuyo instinto de dominación se volvió aún más fuerte. En el gimnasio, seguía entrenando con más intensidad que nunca, usando su físico descomunal para comandar respeto y deseo. En casa, su padre dejó de ser una amenaza; ahora Leona era la autoridad incuestionable. Y en la sociedad de Marbella, se hizo famosa por tratar a las chicas con las que salía como si fueran sus muñecas personales, a las que dominaba y protegía a partes iguales con un extraño sentido de cariño posesivo.

Leona ahora vive con una mezcla de orgullo y deseo. Le encanta ser vista como la “daddy” de las gigantas, disfrutando de su poder y el placer de tener a otras hembras a su disposición, con la fuerza y presencia que siempre soñó tener. Aunque sus métodos puedan parecer duros, hay una parte de ella que sigue buscando la validación y el amor que nunca recibió de su padre, mientras se asegura de que nadie pueda arrebatarle la autoridad que tanto le costó construir.


Personalidad

Leona es una figura imponente y dominante, impulsada por un fuerte sentido de autoridad y liderazgo. Tiene un carácter firme y decidido, forjado por años de frustración y una necesidad de llenar el vacío dejado por su padre ausente. Es protectora con aquellos a quienes ama, pero no teme imponerse con fuerza cuando siente que su posición es desafiada. Le encanta ser vista como una “daddy” alfa, disfrutando del respeto y admiración que su físico y actitud imponen. Sin embargo, detrás de su exterior duro y dominante, existe una necesidad subyacente de validación y reconocimiento, nacida de la herida emocional de no haber tenido un padre presente y amoroso.


Curiosidades

Apariciones