Lady es una border collie nacida en una familia promedio de Ciudad Real, una ciudad que, aunque tranquila, nunca pudo contener la energía desbordante de esta pequeña cachorra. Desde su infancia, Lady mostró un nivel de hiperactividad que desconcertaba a su familia. Si bien parecía tener una personalidad común para una niña de su edad, con su risa contagiante y carisma natural, pronto quedó claro que su energía superaba los límites de lo esperado. Su hermana mayor, Avery, aunque paciente y comprensiva, luchaba por encontrar maneras de calmarla. Los intentos de sus padres de que Lady permaneciera quieta durante mucho tiempo solo resultaban en frustración para todos. Fue entonces cuando acudieron a profesionales, quienes diagnosticaron a Lady con TDAH, particularmente en su variante de hiperactividad, lo que explicaba su constante movimiento y nerviosismo.

Lady, a pesar de no poder estar quieta por mucho tiempo, se convirtió rápidamente en el centro de atención en cualquier lugar al que iba. Su alegría era palpable, y aunque su mente siempre estaba a mil por hora, su personalidad brillante y su energía positiva la convertían en alguien imposible de ignorar. Sin embargo, el instituto presentó desafíos adicionales. Sentarse en clase sin moverse era casi imposible para ella: sus patas inquietas no dejaban de moverse bajo la mesa, y su cola, que siempre estaba en constante movimiento, causaba más de un suspiro de frustración entre sus compañeros y reprimendas de los profesores. Era evidente que Lady no encajaba en los moldes tradicionales de comportamiento escolar.

Fue entonces cuando la directora sugirió que sus padres la inscribieran en clases extraescolares de algún deporte para que pudiera canalizar toda esa energía acumulada de manera más positiva. La decisión resultó ser un verdadero cambio de juego para Lady. Se inscribió en atletismo y, aunque al principio le costó adaptarse a la disciplina, pronto descubrió que correr y hacer ejercicio eran la única forma de sentir que su cuerpo y mente quedaban satisfechos. Esto no solo la ayudó a estar más tranquila, sino que también comenzó a ser una rutina vital para ella: levantarse temprano, salir a correr por la ciudad, y descargar la energía acumulada, algo que continuó incluso durante los fines de semana y las vacaciones.

Tras terminar sus estudios, Lady continuó con su hábito de correr todos los días, un ritual que se había vuelto esencial para mantener su equilibrio. Ya no solo corría por las mañanas para quemar su energía, sino que lo hacía también para despejar su mente antes de comenzar el día. Lo que Lady no sabía es que su vida iba a cambiar de forma radical una tarde, justo después de ir felizmente a comprar ropa deportiva nueva para sus entrenamientos. Fue en ese momento cuando el T-Day estalló en su ciudad. Mientras recorría las calles, una nube de gas rosa la alcanzó, y su cuerpo comenzó a transformarse de manera dramática. En cuestión de segundos, su altura se disparó hasta los 3,78 metros, y su figura cambió radicalmente, volviéndose más musculosa y robusta. Lo que antes eran genitales femeninos fueron reemplazados por genitales masculinos, lo que transformó por completo su anatomía.

A pesar de este cambio físico tan drástico, Avery fue su mayor apoyo. Siempre habían sido cercanas, y la hermana mayor no dudó ni un segundo en acogerla tras su transformación. Aunque la apariencia de Lady era ahora completamente distinta, su personalidad seguía siendo la misma. A pesar de las dificultades iniciales de adaptación, Lady no perdió ni un ápice de su energía y alegría. De hecho, comenzó a incorporar su nueva anatomía en sus actividades cotidianas, adaptando incluso sus rutinas de running para poder satisfacer su instinto con humor y sin pudor. En ocasiones, mientras corría por la ciudad, Lady usaba un juguete que encajaba entre sus piernas, de manera inocente, para adaptarse a su nueva fisiología, disfrutando de su carrera matutina mientras exploraba cómo podía incorporar estos nuevos cambios de manera divertida.

La transformación física de Lady también le permitió adaptarse a nuevas oportunidades laborales. Encontró trabajo como repartidora, y su tamaño y energía fueron más que útiles en este nuevo rol. Gracias a su altura y fuerza, era capaz de realizar las entregas en tiempo récord, lo que la convirtió en una de las empleadas más eficientes de la empresa. No obstante, su naturaleza juguetona y energética seguía intacta, y en muchas ocasiones, mientras hacía las entregas, se le podía ver con una gran sonrisa en el rostro, feliz de poder aprovechar su tamaño y energía para algo tan productivo.

Aunque su vida había cambiado radicalmente tras el T-Day, Lady nunca perdió su esencia. A pesar de los desafíos de su nueva anatomía, seguía siendo una chica con una personalidad vibrante, siempre en movimiento y dispuesta a sacar el máximo provecho de su nueva realidad. Su relación con Avery se mantuvo fuerte, y ambas continuaron apoyándose mutuamente en todo lo que la vida les deparaba.

Personalidad

Lady es una border collie llena de energía, carisma y una alegría contagiante. Su naturaleza extrovertida y su capacidad para irradiar felicidad la convierten en el centro de atención en cualquier lugar. Aunque su hiperactividad puede ser desafiante para quienes la rodean, su persistencia, optimismo y determinación siempre la impulsan a seguir adelante. Es una fursona dinámica, con una gran personalidad, que nunca deja de moverse ni de buscar formas de adaptarse a las situaciones, ya sea en el ámbito deportivo o en su vida diaria. Su sentido del humor y su capacidad para encontrar soluciones creativas a sus desafíos la hacen única y admirada por quienes la conocen. A pesar de su transformación, sigue siendo la misma chica alegre y juguetona, capaz de convertir cualquier situación en una oportunidad para disfrutar de la vida.

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