
Biografía
Juxta nació en Águilas, un pintoresco pueblo costero en la Región de Murcia, donde las olas del mar chocan contra los acantilados mientras los rayos del sol bañan la playa. Desde muy pequeña, mostró un carácter competitivo y una determinación feroz por destacarse entre los demás. Criada en una familia donde el éxito era un valor fundamental, Juxta fue enseñada a ser una "campeona" en todo lo que hacía, ya fuera en deportes, estudios o cualquier otra actividad. Sus padres, dos personas muy exigentes, siempre esperaban que Juxta fuese la mejor, lo que marcó profundamente su manera de afrontar la vida.
Sin embargo, la llegada de su hermana pequeña, Popo, cuando Juxta tenía apenas dos años, trastocó su mundo. Mientras Juxta había sido el centro de atención en la familia, la llegada de Popo rápidamente desplazó su puesto. Aunque cualquier niña normal se habría alegrado por la llegada de una hermana, Juxta no lo veía así. En lugar de una compañera de juegos, Popo se convirtió en una amenaza directa para su reinado familiar. Su actitud relajada, su forma de ser carismática y encantadora rápidamente hicieron que Juxta sintiera celos y un fuerte deseo de seguir siendo la favorita de los padres.
Durante los primeros años de vida de Popo, Juxta adoptó un comportamiento extremadamente protector, pero no porque quisiera cuidar de ella, sino porque la veía como una rival a vencer. Pasaba horas intentando superarla, a veces haciendo cosas solo para llamar la atención de sus padres o incluso competir directamente con Popo en cosas que la pequeña hermana no podía comprender. A pesar de sus esfuerzos, Popo era un imán para el cariño y la atención de todos a su alrededor, algo que solo intensificó la frustración interna de Juxta.
Al llegar al instituto, la dinámica entre las hermanas cambió drásticamente. Popo, con su mentalidad infantil, fue pronto el objetivo de las burlas de sus compañeros. Su forma de ser demasiado abierta y su inocencia natural la hacían parecer fuera de lugar en un mundo que ya había comenzado a tomar formas más crueles. Al principio, Juxta seguía viendo a Popo como una carga, una hermana cuya infantilidad era solo un estorbo. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a darse cuenta de lo que verdaderamente estaba sucediendo.
Fue cuando Popo se convirtió en blanco de la cruel burla de los demás que Juxta decidió intervenir. Este cambio de perspectiva no fue fácil para Juxta, quien tenía que lidiar con su orgullo y con la imagen que había construido de sí misma. A lo largo de su adolescencia, Juxta fue reconociendo en Popo una vulnerabilidad que la hizo cambiar de actitud. Ya no se trataba de competencia, sino de proteger a la hermana pequeña. Lo que comenzó como un sentimiento de posesividad se transformó en una verdadera devoción. Juxta se convirtió en la figura protectora, la que se encargaba de resolver las disputas, de mediar con los compañeros y de defender a Popo a toda costa. De esta forma, el equilibrio entre ellas cambió, y Popo pasó a depender de Juxta en todos los aspectos, mientras que Juxta asumía el papel de líder, incluso dentro de la familia.
A medida que sus estudios avanzaban, Juxta se convirtió en la sombra constante de Popo. La veía como algo que debía cuidar y moldear, no solo como una hermana, sino como un tesoro al que no podía permitir que lo lastimaran. Cada día, Juxta la esperaba después de clase, asegurándose de que nadie se atreviera a acercarse a ella de forma malintencionada. Esta relación de protector y protegido se extendió hasta el final de su etapa escolar, cuando Juxta finalizó sus estudios y empezó a trabajar en el campo del Derecho, decidida a obtener la estabilidad financiera que le permitiría cuidar a su hermana de manera más efectiva.
Pero la vida de ambas hermanas dio un giro absoluto cuando, durante un tranquilo día en el parque, el T-Day llegó sin previo aviso. Una nube de gas rosa se esparció por todo el pueblo de Águilas, y ambas hermanas fueron inmediatamente afectadas. En cuestión de segundos, los cuerpos de Juxta y Popo comenzaron a experimentar una transformación radical. Ambas crecieron de manera desmesurada hasta alcanzar los 2,90 metros de altura, y sus genitales se transformaron en masculinos, con un tamaño y presencia imponentes.
Lejos de sentirse aterrada o confusa por los cambios físicos, Juxta sintió una sensación de poder desconocido. El gas rosa no solo alteró su cuerpo, sino que también desató un lado más salvaje y dominante de su personalidad. En ese momento, Juxta entendió que su nueva naturaleza de giganta le otorgaba una autoridad y control que nunca había experimentado. Comenzó a disfrutar de su nueva estampa dominante, y su actitud se endureció aún más. Adoptó un aire de dominatrix, imponiendo su voluntad sobre los demás, sin considerar las consecuencias. Los que se acercaban a ella, ya fueran amigos o extraños, eran tratados como juguetes a su disposición. Si alguno no obedecía sus órdenes, no dudaba en deshacerse de él de forma rápida y sin piedad, utilizando su nueva fuerza física y su poder psicológico.
Pero además de esta transformación en su comportamiento, Juxta siguió buscando poder y control. Decidió terminar sus estudios en Derecho, y pronto se convirtió en una de las abogadas más destacadas de SinCorp, una poderosa empresa vinculada a los eventos del T-Day, que pasaba a ser una de las entidades más influyentes del mundo tras la transformación masiva. Su ascenso dentro de SinCorp fue meteórico, en parte gracias a la amistad estratégica que tanto ella como Popo formaron con Sin, la presidenta de la empresa. Gracias a sus habilidades legales, su imponente presencia y su capacidad para negociar, Juxta logró hacerse con una posición clave dentro de la firma.
En su relación con Popo, Juxta sigue siendo la figura dominante. Aunque la inocencia y naturaleza carismática de Popo nunca desaparecieron, Juxta siempre tiene el control, pero ahora lo ejerce con una mezcla de amor fraternal y respeto. Si bien su papel de protectora nunca se desvaneció, ahora Juxta se convierte en la persona que guía a Popo a través de un mundo cambiante y desafiante, ayudándola a adaptarse a su nueva forma, al mismo tiempo que mantiene su aura de superioridad.
Juntas, las hermanas Juxta y Popo continúan su viaje a través de un mundo transformado, siendo imponentes no solo por su altura, sino también por su creciente influencia en la sociedad. En los círculos más poderosos de SinCorp, son conocidas como "las hermanas imbatibles", y su historia solo acaba de comenzar.
Personalidad
Juxta es una persona dominante, segura de sí misma y extremadamente protectora, especialmente con su hermana Popo. Desde joven, ha sido competitiva y determinada, buscando siempre sobresalir y destacarse entre los demás. Aunque inicialmente veía a su hermana como una amenaza para su posición familiar, con el tiempo su naturaleza competitiva se transformó en una fuerte sensación de responsabilidad hacia Popo, convirtiéndose en su figura protectora.
Tras su transformación en giganta, Juxta se volvió aún más segura y audaz, adoptando una actitud de dominatrix y disfrutando de su nuevo poder y control. Es calculadora, no duda en imponer su voluntad y no tolera la desobediencia. Aunque tiene un lado más duro y exigente, también conserva un profundo vínculo afectivo con su hermana y una lealtad inquebrantable hacia ella. Además, su inteligencia y ambición la han llevado a destacarse profesionalmente, convirtiéndose en una abogada astuta dentro de SinCorp.