
Biografía
Fera nació en Albacete, la menor de tres hermanos, en el seno de una familia marcada por la tradición y las expectativas de género. Sus hermanos mayores, ambos varones, crecieron con la idea de que ser un macho significaba ser fuerte y dominante, y no dudaban en hacerle sentir a Fera que ella era menos capaz simplemente por ser la única hembra. Sus burlas y desafíos constantes solo se intensificaban cuando veían que sus padres, especialmente su madre, la trataban con excesiva protección y ternura, como si fuera una muñeca delicada que debía ser preservada del mundo exterior.
A pesar de esta dinámica familiar asfixiante, había una luz en la infancia de Fera: el tiempo que pasaba con su padre en el garaje. Su padre, un apasionado de los coches, le enseñó los fundamentos de la mecánica, y fue en esos momentos cuando Fera se sintió verdaderamente viva. Se enamoró del sonido de los motores, del olor a grasa y del desafío de desmontar y volver a armar un vehículo, un terreno donde no existían expectativas de género, solo habilidad y pasión.
Sin embargo, la llegada de la adolescencia marcó un cambio drástico en Fera. Cansada de ser tratada como una princesa frágil y de soportar las burlas constantes de sus hermanos, decidió tomar las riendas de su identidad. Empezó a rechazar las ideas tradicionales de feminidad, adoptando un estilo de vida más masculino y rebelde. Se cortó el cabello corto, vestía ropa suelta y funcional, y cultivó una actitud desafiante. La violencia se convirtió en su modo de afirmarse: no dudaba en enfrentarse a quienes la provocaban, y sus puños eran tan conocidos en la ciudad como sus habilidades con los coches. Su reputación se consolidó como una joven ruda, feroz y sin miedo a las consecuencias.
Con el tiempo, Fera decidió profesionalizar su amor por la mecánica. Se inscribió en un programa de estudios técnicos y, tras graduarse, comenzó a trabajar en el taller de su padre, donde rápidamente demostró su valía. Sus manos parecían tener una conexión mágica con los motores, y la gente acudía al taller no solo por la experiencia de su padre, sino por la destreza casi instintiva de Fera.
Todo cambió el día en el que vio una curiosa oferta de una empresa llamada SinCorp. En esta se ofrecía someterse a un experimento que dotaría a las hembras se un poder muy por encima del de los machos. Fera acudió a la empresa farmacéutica, donde fue atendida por la doctora Sin, quien tras explicarle el procedimiento, le hizo entrar en una cámara de cristal hermético donde fue expuesta al gas rosa. Fera creció de manera descomunal, alcanzando una altura de 4,29 metros, y en el proceso, sus genitales femeninos se transformaron en genitales masculinos. La fuerza física que ahora poseía era descomunal, y su mente fue envuelta por un instinto salvaje que la llevó a un frenesí. Lo que hizo durante esas horas es un misterio que Fera apenas recuerda, pero las consecuencias fueron claras: sus dos hermanos, que una vez se habían burlado de ella, ahora la miraban con una mezcla de miedo y respeto, habiéndose convertido en sus juguetes personales, siempre a merced de su voluntad.
Actualmente, Fera ha hecho de su nueva naturaleza una ventaja en su oficio. Es conocida como la única giganta mecánica en la región, capaz de manejar y reparar vehículos con una facilidad impresionante gracias a su tamaño y fuerza. El taller de su padre se ha convertido en un lugar famoso no solo por la calidad de su trabajo, sino por la presencia de Fera, que se ha ganado la admiración y el respeto de otras gigantas. Lejos de renunciar a su lado rudo, Fera se ha convertido en una figura icónica: una mecánica indomable y una compañera de lujo en las fiestas y eventos de gigantas, donde su imponente presencia y su actitud desafiante la hacen destacar.
Personalidad
La personalidad de Fera es fuerte, rebelde y desafiante. Cansada de ser tratada como una figura frágil en su infancia, ha desarrollado un carácter rudo y masculino, siempre lista para enfrentarse a cualquier situación con valentía. Es impulsiva y no teme recurrir a la violencia para hacerse respetar, pero también tiene una faceta leal y apasionada, especialmente cuando se trata de los coches y de proteger a quienes considera su familia o amigas. Aunque su transformación la ha hecho aún más poderosa, en el fondo, Fera sigue luchando por equilibrar su lado salvaje con las emociones y vulnerabilidades que rara vez muestra.